Vistas de página en total

sábado, 29 de septiembre de 2012

Casi 3 meses aquí

¿De veras? ¿Ya ha pasado tanto tiempo desde que tomé el avión rumbo a Europa? Pues sí, han sido casi 3 meses desde que me despedí de mi familia, camaradas y colegas del trabajo para seguir mi sueño de volverme todo un gentleman francés. Dejé muchas cosas atrás para poder estar aquí, pero bueno, al final, todo un tiene un precio y hay que estar dispuesto a pagarlo cuando la oportunidad aparece, quién sabe cuándo las circunstancias volverán a repetirse...

Este segundo viaje lo he disfrutado mucho más. Digamos que ahora soy más viejo (bueno no tanto jajaja) y estoy más consciente del tiempo que hay que aprovechar. Ahora ya conozco muchos do's and don't's cuando uno es extranjero. Por lo mismo, mi estancia en Vichy estuvo genial, conocí a gente muy interesante y me identifiqué tanto con franceses (estuve viviendo con una familia francesa 7 semanas) como con extranjeros que llevaban clases de francés conmigo. Un viaje místico sin lugar a dudas. Tan místico que de repente, me da por pensar que de un momento a otro, abriré los ojos y me encontraré en mi cuarto de San Luis Potosí.

Ahora ya estoy en clases. Tengo que volver a repasar muchas cosas como matemáticas (cálculo y probabilidad sobre todo) y física. Pffff, en fin, todo eso me recuerda a cuando empecé la carrera hace tiempo atrás. Buenos tiempos :D

Estos días también he pensado en crear otro blog sobre todas mis experiencias pero en esta ocasión como un estudiante. Me gustaría contar y también explicar todo lo que fue necesario para poder estar aquí (trámites, becas y demás papeleo), quizás a más de uno le pudiera servir esta información.  Luego pondré más detalles al respecto.

En fin, mis fieles lectores, es hora de partir que aún siendo sábado, uno tiene que lavar, limpiar, cocinar y al final estudiar! Jaja! 

sábado, 15 de septiembre de 2012

Crónicas de un soldado en tiempos de paz - Parte I

Lo recuerdo muy bien. Era de noche y tu llanto me despertó, fui hasta tu cuarto y te hallé de pie en pleno sollozo. Tenías puesto tu mameluco rosa y tus manitas estaban recargadas en las barras del barandal de la cuna.

No sé cómo te diste cuenta de que mamá no estaba en casa, pero notaste su ausencia y empezaste a buscarla a través de la oscuridad, sin obtener respuesta. Pobre nena.

Era la primera vez que estabas en mi casa y yo nunca me había hecho cargo de un bebé. Al principio tenía miedo hasta de cargarte. Pero era necesario que me armara de valor y, haciendo a un lado mis miedos, lo único que pude hacer fue tomarte en mis brazos y recargarte contra mi pecho. Así estuve tratando de arrullarte un rato, queriendo decirte con palabras dulces que todo estaba bien y que yo me haría cargo de ti de ahora en adelante.

Gracias a Dios, poco a poco sentí cómo tu respiración, toda inquieta, se calmaba y el llanto cesaba también. Estabas dormidita otra vez.

Satisfecho de haberlo logrado, te regresé con todo el cuidado a la cuna y me quedé un rato mirándote.

Sigo pensando en el momento que te encontré en esa casa. Cuando llegué, no había nadie. La cerradura estaba forzada y había huellas de botas militares por doquier. En la mesa el desayuno estaba servido y el café de las tazas aún humeaba.

Nunca conocí a tus papás y no sé si los llegue a conocer algún día, sólo espero que estén bien. No creo que hayan querido abandonarte como sucedió. Tal vez yo no sea mamá, pero me siento muy afortunado de tenerte.



lunes, 3 de septiembre de 2012

Siempre he tenido miedo

Y es la verdad. Y si no es miedo, son nervios. Desde que era pequeño me estresaba de todo lo que pasaba. A la fecha me pasa de vez en cuando que al salir de mi casa me pregunto con un poco de cosa: ¿Qué podré encontrarme allá afuera? Qué tontería pero sucede.

Hasta del más tonto detalle me preocupo. A veces mi mente cuadrada trata de que todo marche como lo estoy planeando, y cuando no sucede de esa forma, me siento terrible. Como si todo dependiera de ello.

Tengo miedo de estar solo.
Tengo miedo cuando el avión despega.
Tenía mucho miedo de manejar todos los días por la carretera.
Tengo miedo de que algo pase antes de que regrese.
Tengo miedo de hablar en público.
Tengo miedo a la confrontación.
Tengo miedo de que me asalten.
Tengo miedo de que mis planes a futuro por alguna razón no sucedan.

Y tengo miedo de otras tantas cosas que la verdad ya ni vale la pena mencionar. Pero siempre que sucede varias veces seguidas, me digo a mí mismo: "No puedo y no debo vivir siempre con miedo, stop being such a pussy". Lo sé, es cansado, es desgastante pero no conozco otra manera. El miedo es parte de la vida, siempre estará ahí. Lo importante es saber hacerle frente todos los días y estar consciente de que es una distorsión de la realidad.

Hay que tomar los riesgos y luchar por lo que queremos, pero realmente luchar con todo nuestro empeño, tal como dice sabiamente la canción de Motion City Soundtrack: "I'll do whatever it takes, even if it kills me".

Hasta la próxima nonada que escriba :D