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sábado, 26 de enero de 2013

Carta perdida No.4 - Como yo pienso en ti

Hola mi amor,


Disculpa que no haya mandado una carta antes. No me justificaré diciendo que estaba ocupado. Es simplemente que estos días me he sentido carente de inspiración a la hora de trabajar, como si mi mente se hubiera sometido a una presión superior a la que está acostumbrada. Pero te juro que ni tú ni mis hijos abandonan mis pensamientos. Siempre estoy pensando qué estarán haciendo mientras estoy en la oficina.

Ha habido varios problemas en el trabajo y mis superiores dicen que mi desempeño no ha sido el mejor. Desde que los XXXXXX compraron la compañía no me siento igual. Siempre están buscando la manera de hacernos trabajar más por menos dinero. Todos estamos a disgusto, aunque parece que mi compañera XXXXXX ha sabido acoplarse mejor con los nuevos jefes. Ya te contaré con más detalle cuando regrese. Cada día se vuelve más falsa y menos profesional. Ni qué decir de su horrible manera de vestirse.

Extraño muchísimo a los niños. Cada día que no estoy en la casa me lamento de sobremanera que me esté perdiendo momentos irrepetibles. Espero llegar a tiempo para el cumpleaños de D. Le compré un trenecito que estoy seguro que le gustará, yo a su edad moría por uno. También le compré un poco de ropa a A. Espero que todavía le quede cuando yo llegue.

Te extraño también mucho, querida mía. Estos días he estado también muy nostálgico, sobre todo recordando cuando nos conocimos. Cuando regrese llegaré con rosas y te diré poemas al oído, sólo pienso en eso. El recuerdo de tu perfume y tus cabellos al viento no me permiten concentrarme. Sólo quiero estar de vuelta ya.

Te mando un beso y todo mi cariño. Piensa en mí tanto como yo pienso en ti.


P.D. Por favor dime si pudiste cobrar el dinero que te mandé. Esta vez fue un poco más de lo normal porque trabajé horas extras. ¿Pudiste pagar a tiempo la colegiatura? Besos.

sábado, 19 de enero de 2013

Carta perdida No.3 - ¿Aún te acuerdas?

Hola XXXXXX!


¿Cómo estás? ¿Qué cuenta la ciudad? Espero que todo esté bien. ¿Cómo está la familia?

Ya sé que te estás preguntando por qué te escribo una carta habiendo los e-mails y demás cosas. Es solamente que no pude pagar el internet a tiempo y lo terminaron cortando. Así que decidí utilizar medios más arcaicos para saludarte y recordar las cosas de otro tiempo.

¿Te acuerdas cuando todavía vivíamos los dos en la casa y cómo las cosas eran bien diferentes a ahorita?

¿Recuerdas cuando nos mandaban en bici a comprar el mandado a un súper que ya ni existe y nos veníamos matando de regreso con las cosas? O cuando la casa se inundó y el Super Nintendo estaba flotando y las escaleras parecían cascadas jajaja, qué tiempos.

O cuando venía el tío XXXX y traía el brincolín para las vacaciones de semana santa y ahí estábamos como locos brincando hasta que ya no pudiéramos más. 

Te acuerdas que jugábamos Mario Kart 64 los sábados y domingos todos los hermanos juntos? Las retas se ponían muy buenas, y que ya en la noche nos quedábamos platicando por horas de todo y de nada. Me acuerdo muy bien también que un día amaneció mientras platicábamos. Y yo te dije que iba a ir a correr y me dijiste que estaba loco jajaja

O también cuando me llevabas a la prepa, que tú sólo habías dormido pocas horas y aún así te levantabas porque yo estaba todavía muy lerdo para manejar. Y poníamos discos que nosotros habíamos grabado cuando todavía no salía el sol.

En fin. Esta carta era como dije, para platicar de cosas de otro tiempo. Y ahorita que han pasado más de 10 años de todo eso, comprendo que realmente todo mundo sigue un camino distinto, y aún siendo hermanos, cada quien va a otro sitio. Conforme pasan los años me siento más mortal sabes...

Cuídate mucho y recuerda las cosas de otro tiempo. Saludos a la familia!




M.Q.

viernes, 11 de enero de 2013

Carta perdida No.2 - Y no vuelvas

 23/mayo/19XX




Hijo mío,

Estos días han sido realmente difíciles. Hace unos días que se murmura que el general Serrato dará un golpe de Estado, y si eso sucede, todos nosotros estaremos en peligro. Ya sabes que detesta a toda la gente proveniente de Aldiena y muy probablemente nos usará como chivos expiatorios para ganarse el apoyo de la mayoría.

Tu madre sigue muy enferma. A diario murmura tu nombre y trato de decirle que estás bien. Ella sólo sonríe y vuelve a su letargo. Como hace desde hace un mes que ya no puede caminar, vamos a refugiarnos no muy lejos de aquí. Con algo de suerte, nos conseguirán pasaportes falsos y podremos escapar al país de las montañas. No te preocupes por nosotros, pasará lo que tenga que pasar...

A tu amigo J.Y., ya no lo he vuelto a ver. No estamos seguros qué se hizo de él. Su casa se incendió la semana pasada sin motivo aparente y nadie sabe dónde se encuentra. Espero haya podido escapar. La última vez que nos saludó, estaba muy nervioso y actuaba de manera muy rara, como si estuviera siendo observado. ¿Tú crees que pudiera traicionarnos? 

Todos te extrañamos muchísimo. Espero que puedas recibir esta carta antes de que las líneas de correo sean interceptadas. Yo soy quien más quisiera verte,  pero con todo mi pesar lo único que te puedo decir es que huyas más lejos y no vuelvas. Regresar sólo te pondrá en peligro, y a todos nosotros también...

Si no vuelves a recibir ninguna carta de nosotros, te mando mi bendición y todo mi cariño. Siempre he estado orgulloso de ti. Nunca lo olvides.


C.S.

viernes, 4 de enero de 2013

Carta perdida No.1 - Ya no les creo

 21 de septiembre de 20XX



Buenas tardes Padre Arnoldo,


No sé si se acuerde de mí. Yo lo conozco desde hace más de 15 años, cuando usted era sólo un joven que apenas estaba decidiendo su vocación por el sacerdocio. Yo soy un padre de familia que fue un fiel seguidor a su instutición y a sus mandamientos.

Quería comentarle mediante esta carta que he decidido dejar de inculcar a mis hijos todo lo que su comunidad predica como la más absoluta verdad. Mucho tiempo pensé que ustedes eran guías para la salvación de nuestras almas pero con paso de los años el desencanto acompañado del sentido común me han hecho llegar a esta conclusión: ya no les creo.

Ni a usted ni a ninguno que quiera ponerse de intermediario entre lo humano y lo divino. Qué fácil fue suprimir de la noche a la mañana el limbo y qué fácil será que nos digan otra cosa similar como si ustedes se hubieran muerto y regresado con noticias del otro lado. No dudo que hay un Dios o un primer motor de todas las cosas, pero no necesito sus doctrinas retrógradas para llegar a ese razonamiento.

Aún recuerdo cuando nos enviaron a comunidades pobres (realmente pobres) para tocar de puerta en puerta, pidiendo a la gente que rezaran para la canonización del santo que ustedes tienen por bandera, cuya santidad y enriquecimiento con la fe me han parecido la misma cosa. La gente no sabía qué iba a comer mañana y ustedes (cabrones), todavía tenían los pantalones para pedirles que rezaran por una persona que finalmente alcanzó la "santidad" en tiempo récord ¿Cómo fue posible? ¿Cuánto dinero se recaudó en ese tiempo? Me parece un insulto a la inteligencia... Ya no les creo.

Con qué cinismo nos piden hacer votos de pobreza cuando el Estado que ustedes poseen es de los más ricos del mundo. Todos los días, comen y beben como reyes desde la cuna hasta la mortaja. Usan ropa de diseñador, no declaran impuestos, y aún así, nos piden que nosotros nos portemos diferente. Ya no les creo.

De los abusos sexuales y del silencio inmundo que existe en su "institución", todo está demasiado claro y turbio al mismo tiempo.

Nunca más les pediré consejos matrimoniales cuando su institución rebaja a la mujer a un punto en el que ni siquiera se le permite ejercer el sacerdocio. ¿Dónde está la igualdad para ustedes? 

A modo de reflexión, si es que todavía sigue leyendo el resto de la carta, sólo quiero terminar diciendo que qué fácil es engañar a la gente con la religión y aprovecharse de la buena voluntad de la misma. Distorsionan la imagen de Dios para su beneficio.

Yo, por el momento sólo le diré que acaba de perder a uno de sus adeptos. La religión me ha dejado de parecer divina, es sólo humana para mí. Hasta nunca.


R.M.

Las Cartas Perdidas - Introducción

No hace mucho tiempo, en una vieja casa del centro de la ciudad, unos hombres que daban mantenimiento al inmueble encontraron varias maletas llenas de cartas viejas. La cantidad era tal, que parecía que el antiguo dueño de los velices hubiera robado un cargamento del servicio postal. Un dato impactante de este descubrimiento es que el remitente (obligatorio desde hace más de 80 años por el correo de nuestro país) de todas y cada una de ellas estaba en blanco. Por lo que sería necesario abrirlas para saber quién las enviaba.

¿Qué hacían ahí? ¿Cuál era el interés de la persona que las guardó? La noticia contagió rápidamente a toda la gente de XXXXXXX, Y fueron muchos curiosos a ver el hallazgo, muchos se entretenían con todos los diseños de los sobres. Otros trataban de reconocer el destinatario sin mucho éxito. Pasaban los meses y la gente no perdía el interés en el acontecimiento.

Finalmente, el alcalde dio la orden de que cualquier persona era libre de tomar la carta que gustara, siempre y cuando la leyera en voz alta en el zócalo de la ciudad. Para tal efecto, ya se habían instalado un micrófono y bocinas para todo aquel que quisiera escuchar algo que nunca llegó a su destino.

Fueron muchas personas las que tomaban una carta y pasaban a leerla enfrente de un público silencioso y atento (incluido yo por supuesto). Cada vez que tuve la oportunidad, tomaba lápiz y pluma y escribía a toda prisa las cartas que se escuchaban claramente en las tardes del centro, tratando de recopilarlas y algún día publicarlas, por si algún destinatario perdido llegaba a leerlas.

Sin más préambulo, les presento la colección De Las Cartas Perdidas.    

martes, 1 de enero de 2013

En la mente de un loco

Y ahí estaba yo, y para mi sorpresa no había nadie a mi alrededor, ni siquiera el eco de mis gritos podría acompañarme. No había ni norte ni sur, todo era un espacio infinito color blanco y solo estaba yo.
Lo único que podía escuchar eran mis pensamientos en voz alta.
En este lugar no tenia miedo de nada. Podía pensar claramente sin nada que estorbara a mis ideas. No estaba seguro, pero creo que ese lugar era un espacio en mi mente. Allá donde nadie mas podía entrar.

Lo mas extraño de esto es que lo puedo visualizar a ratos, y me puedo ver a mi mismo, sentado, de piernas cruzadas y con los ojos cerrados. Cada vez que siento miedo, trato de buscar ese lugar entre mis pensamientos, y vaya que me ha servido, pues ahi encuentro una paz absoluta.