Vistas de página en total

domingo, 10 de marzo de 2019

Fantasma



 
En estos días, me siento cada vez más desapegado de la gente que he conocido. Siento que nunca he hecho un impacto en las personas que he encontrado, y este sentimiento incluye a mis hermanos.

Quizás no existo totalmente en este mundo. A lo mejor poco a poco me he estado desvaneciendo. Si en este momento escogiera una palabra para definirme, diría que sólo soy un fantasma, un rumor, un nombre escrito en una lista que nadie sabe quién es, pero ahí está. Una sombra tenue.

Sólo me dedico a acumular recuerdos de la gente que encuentro en mi camino, pero pienso que al mismo tiempo no alcanzo a hacer algo significativo en ellos. Siento que ya no se acuerdan de mí. Sin embargo, yo los recuerdo a cada uno de ellos todos los días. Desde que llegué a Europa, mi mente empezó a guardar las caras, las sonrisas, los momentos de fiesta, los gestos de amabilidad y los hubieras. Irónicamente, todos esos buenos recuerdos, son el motor que utilizo para confirmar mi existencia y decirme a mí mismo que he vivido y que estuve ahí con ellos. Puede ser que ya no signifique nada para esas personas pero para mí significa todo. Y si mañana todo se acabara, podría decir para mis adentros: “todo fue como debía ser, no me quedo con ganas de nada. Ellos me honraron con su tiempo y puedo decir que fui feliz.”

Éste es el duelo del inmigrante. Que intenta echar raíces pero nunca logran ser profundas. No es una queja ni tampoco es algo triste; simplemente una observación.

sábado, 29 de agosto de 2015

Viento



Todos estos días te he estado recordando. A veces apareces en mis sueños e incluso puedo hablar contigo, aunque sean unas cuantas palabras nada más. Sigo sin creer nada de lo que ha pasado. Mi mente sólo alcanza a decirme que te fuiste a otro país y que estás tomando un café al aire libre, disfrutando del buen clima.

Cuando la resignación me invade, pienso entonces que te convertiste en viento, que recorres los campos, pasas a través de los árboles y llegas  de forma intempestiva a saludarme. Después te retiras a jugar con los colibrís. Los observas con el mismo gusto de cuando estabas aquí y luego los llevas hacia nuevas rutas, nuevos caminos. Caminos que no puedo recorrer todavía.

Han sido días raros y tristes. Te hemos extrañado muchísimo y deseamos que las cosas fueran diferentes. Yo sólo pido un día más para agradecerte todo y despedirte como se despide a alguien que está por subirse a un tren, desearte buen viaje y que no nos olvides.

Y como nada de ésto se puede hacer, sólo puedo ponerme a recordar todo lo vivido. Todos esos momentos que guardo con mucho cariño ahora forman parte de mí.

Lo que en mi vida pueda lograr, lo haré por ti, y también será posible gracias a lo que nos enseñaste. Por ti seré un patriarca, un hombre de bien, alguien a quien la gente respete por quien es, y no por miedo u obligación.

Algún día seré capaz de lograrlo. Pero por favor, no dejes de saludarme.

domingo, 28 de julio de 2013

Carta perdida No. 8 - Mañana de abril

23/Mayo/XXXX


Qué onda XXXXXXXX!


¿Cómo has estado, carnal? Por acá todo bien. Mucho trabajo por el fin de mes, pero todo está bajo control. El patrón, ya sabes, igual de capataz que siempre, justificando sus abusos con el siempre: "Qué bueno es tener trabajo". En cuanto a mi familia, ellos están bien también. 

¿Qué tal la vida por allá? ¿Te tratan bien? ¿Sigues con tu novia? Ojalá que sí. Mientras te cuento mi situación.

¿Recuerdas a esa muchacha rubia de la que te platiqué en mis cartas anteriores?  Pues finalmente pudimos platicar en una de las fiestas de su pueblo y hasta intercambiamos números. Aunque no vivimos en el mismo pueblo, seguíamos en contacto por mensajes. Todo iba muy bien, incluso acordamos que la visitaría el siguiente sábado.

Esa mañana de abril me levanté temprano y me fui caminando rumbo a la estación de trenes. Estaba muy desvelado pero no me importó. Ya una vez en mi asiento, me llegó el cansancio y me quedé dormido en una parte del tramo. Faltando como dos horas (de un total de 5) para llegar, recibí un mensaje de ella diciendo que no era posible vernos. El apestoso mensaje no decía más. Ni una razón o disculpa. Apenas llegué a Aldiena, compré el boleto para el próximo tren de regreso.

Y como sabrás, ya ni la tengo entre mis contactos. Qué más se puede hacer... Cosas sin sentido...

En fin mi buen XXXXXXXX, sólo reportándote un poco de lo que pasa por estos lares. Un abrazo y espero que nos visites pronto. La distancia no es buena para las amistades.


Estamos en contacto.

XXXXXX

domingo, 9 de junio de 2013

Carta perdida No.7 - Eres un campeón

Hola papá,


¿Cómo estás? Yo lejos pero bien. Espero que hayas pasado un bonito cumpleaños con la familia y que hayas disfrutado mucho tu día. Como la distancia no me permite ofrecerte mejor regalo, por favor, acepta estas palabras que en mi burdo y muy pobre estilo te escribo. Te pido que cuando las leas, imagines que estoy frente a ti.

Quiero darte las gracias por todo el cariño que nos brindaste todo este tiempo,  porque te preocupaste de educar a cada uno de nosotros, porque siempre nos apoyaste para que los hermanos pudiéramos lograr nuestros proyectos, por todos los consejos y enseñanzas que nos diste a lo largo de los años. 

Ojalá algún día tenga el valor y pueda ser un poco más como tú: con la misma actitud y las mismas ganas para sacar las cosas adelante. Todo sin esperar nada a cambio...

Cierto es que aunque Fortuna siempre fue parcial para tus planes, para mí eres un campeón: aquella persona que siempre puso todo lo que estaba de su parte esperando que el destino pusiera su otro tanto. Aquella persona que estuvo al pie del cañón siempre buscando la manera de darnos un mejor día a mis hermanos y a mí.
Por todo ésto y mucho más, doy muchas gracias a Dios, y al final sólo puedo esperar que algun día sientas el mismo orgullo de tenerme como hijo, que el que yo siento de tenerte como padre.

Te mando un beso, un abrazo y un te quiero muchísimo. A cambio, te pido la misma bendición que me dabas cada vez que salía de la casa.

Siempre estás en mis pensamientos,

José Ruiz


P.D. No es que la distancia no me permita decirte todo ésto, es una falsa excusa para no decir que realmente en persona, se me haría un nudo en la garganta al tratar de decirte lo que acabo de escribir.

sábado, 6 de abril de 2013

Carta perdida No.6 - Más vale tarde que nunca

 6/abril/201X


Hola XXXXXX,

Te escribo esta carta porque ya no pude felicitarte ayer por tu cumpleaños. Ya sé que estuvo mal y justificarse no ayuda mucho. Pero bueno, volviendo a lo más importante...

Muchas felicidades! Espero que te la hayas pasado muy bien. No sé si alcanzaste a regresar a la ciudad en este fin de semana. Ojalá que sí, para pasarlo en familia, y si no pudiste volver, espero te la hayas pasado con los amigos.

Ya tiene mucho, muchísimo tiempo que no nos vemos, pero yo siempre tengo el recuerdo de cuando nos conocimos. Sí, ya se van a cumplir 8 años de eso, pero la imagen está en mi mente igual que siempre. Viendo hacia el pasado, me hubiera gustado platicar más contigo, haber sido menos menso y no pensar demasiado. En fin, las cosas pasaron así pero al menos seguimos en contacto, que es lo importante. Si un día tengo la oportunidad, me gustaría pasar a saludarte, ahí me das un tour por la ciudad mientras platicamos sobre las cosas de otro tiempo.

En fin, confío en que esta carta te llegará pronto y no se perderá en el camino. Y como dice el dicho: más vale tarde que nunca. Felicidades nuevamente y enhorabuena que cumples un año más aquí :)



XXXXXXXXXX


P.D. Si hay algo que te interese de estos lares, con mucho gusto te lo guardo para cuando nos veamos :)

sábado, 16 de febrero de 2013

Primer capitulo de Viva Le Punk!

Hola a todos!

Espero que estén muy bien! Lamento no haber escrito cartas perdidas la semana pasada ni ésta que acaba de pasar, pero es que había estado trabajando en un proyecto que siempre quise hacer, al menos el primer capítulo. De hecho, el propósito de este blog siempre había sido ése: hacer una historia en flash contada y hecha por mí al 100%. La única desventaja es que se consume tiempo a lo loco y ahorita ya no dispongo de tanto como antes.

Esta idea llevo mucho tiempo desárrollandola, y cuando empecé finalmente hace un año a trabajar en ella, pasaron muchísimas cosas en mi vida (cambio de trabajo, luego renunciar, cambiar de país, empezar la maestría, etc.) El caso que siempre me quedé con la intención y mal sabor de boca de que mi proyecto se quedó inconcluso, bueno o malo, tenía que terminar lo que había empezado tiempo atrás.

Bueno, para no hacer mi historia más larga, sólo quería mostrarles el trabajo finalizado del primer episodio de Viva Le Punk  =)



sábado, 2 de febrero de 2013

Carta perdida No.5 - Sólo me observaban

¡Hola XXXXXX!


¡Amigo mío! ¿Cómo has estado? ¿Sigues viviendo en XXXXXXXX? Prometo ir a visitarte pronto.

Yo ando terminando los preparativos de mi boda. Déjame contarte cómo se han venido dando las cosas. Ya ves que mi prometida es de la India. Así que hace un mes vino su familia desde allá para conocernos y pedir su mano formalmente. Era más fácil que ellos vinieran por razones que no vale la pena mencionar en esta carta.

Después de mucho discutir sobre el lugar para comer, decidimos ir a un restaurante de comida coreana. La verdad nunca había ido pero siempre me lo habían recomendado. Así que fuimos ahí con la mejor de las disposiciones.

Una vez sentados a la mesa, me dí cuenta que ni los padres de Elizabeth ni su hermana apartaban su mirada de mí. Me observaban fijamente y no pronunciaban palabra alguna, al punto de la incomodidad.

Te reirías de mí si hubieras visto lo nervioso que estaba. Mis manos temblaban (por lo mismo no quería ni tomar mi bebida), mis palabras se entrecortaban de repente y, nuevamente te digo, ellos no decían nada. Sólo me observaban. Y cuando yo intentaba hacer plática, contestaban monosílabos.

Para colmo de mis males, yo no sabía que la comida coreana era tan condimentada. Ellos no tuvieron problema; pero yo, al ser de estómago más sensible, empecé a resentir cada bocado. ¿Pero qué podía hacer en esos momentos? Por dentro me estaba muriendo pero por fuera lo simulé lo más que pude.

Las cosas comenzaron a mejorar cuando empecé a hablar de Elizabeth y sobre mi petición de hacerla mi esposa. Los señores, con aire altivo, contestaron secamente que estaban de acuerdo, y nada más. Ni el brindis pudo hacer más amena la cena.

En fin, después le pregunté a Elizabeth qué pensaban sus padres de mí. Ella me dijo que pensaban que yo era un tipo demasiado callado y un poco nervioso. ¿¡Puedes creerlo!? Todo ese día estuve molesto pensando en sus palabras. Creo que el abismo cultural jamás me ayudará a comprenderlos.

Bueno, sólo era para contarte un poco. ¡Espero tener noticias tuyas pronto! ¡Un abrazo!


V.Q.