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domingo, 28 de julio de 2013

Carta perdida No. 8 - Mañana de abril

23/Mayo/XXXX


Qué onda XXXXXXXX!


¿Cómo has estado, carnal? Por acá todo bien. Mucho trabajo por el fin de mes, pero todo está bajo control. El patrón, ya sabes, igual de capataz que siempre, justificando sus abusos con el siempre: "Qué bueno es tener trabajo". En cuanto a mi familia, ellos están bien también. 

¿Qué tal la vida por allá? ¿Te tratan bien? ¿Sigues con tu novia? Ojalá que sí. Mientras te cuento mi situación.

¿Recuerdas a esa muchacha rubia de la que te platiqué en mis cartas anteriores?  Pues finalmente pudimos platicar en una de las fiestas de su pueblo y hasta intercambiamos números. Aunque no vivimos en el mismo pueblo, seguíamos en contacto por mensajes. Todo iba muy bien, incluso acordamos que la visitaría el siguiente sábado.

Esa mañana de abril me levanté temprano y me fui caminando rumbo a la estación de trenes. Estaba muy desvelado pero no me importó. Ya una vez en mi asiento, me llegó el cansancio y me quedé dormido en una parte del tramo. Faltando como dos horas (de un total de 5) para llegar, recibí un mensaje de ella diciendo que no era posible vernos. El apestoso mensaje no decía más. Ni una razón o disculpa. Apenas llegué a Aldiena, compré el boleto para el próximo tren de regreso.

Y como sabrás, ya ni la tengo entre mis contactos. Qué más se puede hacer... Cosas sin sentido...

En fin mi buen XXXXXXXX, sólo reportándote un poco de lo que pasa por estos lares. Un abrazo y espero que nos visites pronto. La distancia no es buena para las amistades.


Estamos en contacto.

XXXXXX

domingo, 9 de junio de 2013

Carta perdida No.7 - Eres un campeón

Hola papá,


¿Cómo estás? Yo lejos pero bien. Espero que hayas pasado un bonito cumpleaños con la familia y que hayas disfrutado mucho tu día. Como la distancia no me permite ofrecerte mejor regalo, por favor, acepta estas palabras que en mi burdo y muy pobre estilo te escribo. Te pido que cuando las leas, imagines que estoy frente a ti.

Quiero darte las gracias por todo el cariño que nos brindaste todo este tiempo,  porque te preocupaste de educar a cada uno de nosotros, porque siempre nos apoyaste para que los hermanos pudiéramos lograr nuestros proyectos, por todos los consejos y enseñanzas que nos diste a lo largo de los años. 

Ojalá algún día tenga el valor y pueda ser un poco más como tú: con la misma actitud y las mismas ganas para sacar las cosas adelante. Todo sin esperar nada a cambio...

Cierto es que aunque Fortuna siempre fue parcial para tus planes, para mí eres un campeón: aquella persona que siempre puso todo lo que estaba de su parte esperando que el destino pusiera su otro tanto. Aquella persona que estuvo al pie del cañón siempre buscando la manera de darnos un mejor día a mis hermanos y a mí.
Por todo ésto y mucho más, doy muchas gracias a Dios, y al final sólo puedo esperar que algun día sientas el mismo orgullo de tenerme como hijo, que el que yo siento de tenerte como padre.

Te mando un beso, un abrazo y un te quiero muchísimo. A cambio, te pido la misma bendición que me dabas cada vez que salía de la casa.

Siempre estás en mis pensamientos,

José Ruiz


P.D. No es que la distancia no me permita decirte todo ésto, es una falsa excusa para no decir que realmente en persona, se me haría un nudo en la garganta al tratar de decirte lo que acabo de escribir.

sábado, 6 de abril de 2013

Carta perdida No.6 - Más vale tarde que nunca

 6/abril/201X


Hola XXXXXX,

Te escribo esta carta porque ya no pude felicitarte ayer por tu cumpleaños. Ya sé que estuvo mal y justificarse no ayuda mucho. Pero bueno, volviendo a lo más importante...

Muchas felicidades! Espero que te la hayas pasado muy bien. No sé si alcanzaste a regresar a la ciudad en este fin de semana. Ojalá que sí, para pasarlo en familia, y si no pudiste volver, espero te la hayas pasado con los amigos.

Ya tiene mucho, muchísimo tiempo que no nos vemos, pero yo siempre tengo el recuerdo de cuando nos conocimos. Sí, ya se van a cumplir 8 años de eso, pero la imagen está en mi mente igual que siempre. Viendo hacia el pasado, me hubiera gustado platicar más contigo, haber sido menos menso y no pensar demasiado. En fin, las cosas pasaron así pero al menos seguimos en contacto, que es lo importante. Si un día tengo la oportunidad, me gustaría pasar a saludarte, ahí me das un tour por la ciudad mientras platicamos sobre las cosas de otro tiempo.

En fin, confío en que esta carta te llegará pronto y no se perderá en el camino. Y como dice el dicho: más vale tarde que nunca. Felicidades nuevamente y enhorabuena que cumples un año más aquí :)



XXXXXXXXXX


P.D. Si hay algo que te interese de estos lares, con mucho gusto te lo guardo para cuando nos veamos :)

sábado, 16 de febrero de 2013

Primer capitulo de Viva Le Punk!

Hola a todos!

Espero que estén muy bien! Lamento no haber escrito cartas perdidas la semana pasada ni ésta que acaba de pasar, pero es que había estado trabajando en un proyecto que siempre quise hacer, al menos el primer capítulo. De hecho, el propósito de este blog siempre había sido ése: hacer una historia en flash contada y hecha por mí al 100%. La única desventaja es que se consume tiempo a lo loco y ahorita ya no dispongo de tanto como antes.

Esta idea llevo mucho tiempo desárrollandola, y cuando empecé finalmente hace un año a trabajar en ella, pasaron muchísimas cosas en mi vida (cambio de trabajo, luego renunciar, cambiar de país, empezar la maestría, etc.) El caso que siempre me quedé con la intención y mal sabor de boca de que mi proyecto se quedó inconcluso, bueno o malo, tenía que terminar lo que había empezado tiempo atrás.

Bueno, para no hacer mi historia más larga, sólo quería mostrarles el trabajo finalizado del primer episodio de Viva Le Punk  =)



sábado, 2 de febrero de 2013

Carta perdida No.5 - Sólo me observaban

¡Hola XXXXXX!


¡Amigo mío! ¿Cómo has estado? ¿Sigues viviendo en XXXXXXXX? Prometo ir a visitarte pronto.

Yo ando terminando los preparativos de mi boda. Déjame contarte cómo se han venido dando las cosas. Ya ves que mi prometida es de la India. Así que hace un mes vino su familia desde allá para conocernos y pedir su mano formalmente. Era más fácil que ellos vinieran por razones que no vale la pena mencionar en esta carta.

Después de mucho discutir sobre el lugar para comer, decidimos ir a un restaurante de comida coreana. La verdad nunca había ido pero siempre me lo habían recomendado. Así que fuimos ahí con la mejor de las disposiciones.

Una vez sentados a la mesa, me dí cuenta que ni los padres de Elizabeth ni su hermana apartaban su mirada de mí. Me observaban fijamente y no pronunciaban palabra alguna, al punto de la incomodidad.

Te reirías de mí si hubieras visto lo nervioso que estaba. Mis manos temblaban (por lo mismo no quería ni tomar mi bebida), mis palabras se entrecortaban de repente y, nuevamente te digo, ellos no decían nada. Sólo me observaban. Y cuando yo intentaba hacer plática, contestaban monosílabos.

Para colmo de mis males, yo no sabía que la comida coreana era tan condimentada. Ellos no tuvieron problema; pero yo, al ser de estómago más sensible, empecé a resentir cada bocado. ¿Pero qué podía hacer en esos momentos? Por dentro me estaba muriendo pero por fuera lo simulé lo más que pude.

Las cosas comenzaron a mejorar cuando empecé a hablar de Elizabeth y sobre mi petición de hacerla mi esposa. Los señores, con aire altivo, contestaron secamente que estaban de acuerdo, y nada más. Ni el brindis pudo hacer más amena la cena.

En fin, después le pregunté a Elizabeth qué pensaban sus padres de mí. Ella me dijo que pensaban que yo era un tipo demasiado callado y un poco nervioso. ¿¡Puedes creerlo!? Todo ese día estuve molesto pensando en sus palabras. Creo que el abismo cultural jamás me ayudará a comprenderlos.

Bueno, sólo era para contarte un poco. ¡Espero tener noticias tuyas pronto! ¡Un abrazo!


V.Q. 

sábado, 26 de enero de 2013

Carta perdida No.4 - Como yo pienso en ti

Hola mi amor,


Disculpa que no haya mandado una carta antes. No me justificaré diciendo que estaba ocupado. Es simplemente que estos días me he sentido carente de inspiración a la hora de trabajar, como si mi mente se hubiera sometido a una presión superior a la que está acostumbrada. Pero te juro que ni tú ni mis hijos abandonan mis pensamientos. Siempre estoy pensando qué estarán haciendo mientras estoy en la oficina.

Ha habido varios problemas en el trabajo y mis superiores dicen que mi desempeño no ha sido el mejor. Desde que los XXXXXX compraron la compañía no me siento igual. Siempre están buscando la manera de hacernos trabajar más por menos dinero. Todos estamos a disgusto, aunque parece que mi compañera XXXXXX ha sabido acoplarse mejor con los nuevos jefes. Ya te contaré con más detalle cuando regrese. Cada día se vuelve más falsa y menos profesional. Ni qué decir de su horrible manera de vestirse.

Extraño muchísimo a los niños. Cada día que no estoy en la casa me lamento de sobremanera que me esté perdiendo momentos irrepetibles. Espero llegar a tiempo para el cumpleaños de D. Le compré un trenecito que estoy seguro que le gustará, yo a su edad moría por uno. También le compré un poco de ropa a A. Espero que todavía le quede cuando yo llegue.

Te extraño también mucho, querida mía. Estos días he estado también muy nostálgico, sobre todo recordando cuando nos conocimos. Cuando regrese llegaré con rosas y te diré poemas al oído, sólo pienso en eso. El recuerdo de tu perfume y tus cabellos al viento no me permiten concentrarme. Sólo quiero estar de vuelta ya.

Te mando un beso y todo mi cariño. Piensa en mí tanto como yo pienso en ti.


P.D. Por favor dime si pudiste cobrar el dinero que te mandé. Esta vez fue un poco más de lo normal porque trabajé horas extras. ¿Pudiste pagar a tiempo la colegiatura? Besos.

sábado, 19 de enero de 2013

Carta perdida No.3 - ¿Aún te acuerdas?

Hola XXXXXX!


¿Cómo estás? ¿Qué cuenta la ciudad? Espero que todo esté bien. ¿Cómo está la familia?

Ya sé que te estás preguntando por qué te escribo una carta habiendo los e-mails y demás cosas. Es solamente que no pude pagar el internet a tiempo y lo terminaron cortando. Así que decidí utilizar medios más arcaicos para saludarte y recordar las cosas de otro tiempo.

¿Te acuerdas cuando todavía vivíamos los dos en la casa y cómo las cosas eran bien diferentes a ahorita?

¿Recuerdas cuando nos mandaban en bici a comprar el mandado a un súper que ya ni existe y nos veníamos matando de regreso con las cosas? O cuando la casa se inundó y el Super Nintendo estaba flotando y las escaleras parecían cascadas jajaja, qué tiempos.

O cuando venía el tío XXXX y traía el brincolín para las vacaciones de semana santa y ahí estábamos como locos brincando hasta que ya no pudiéramos más. 

Te acuerdas que jugábamos Mario Kart 64 los sábados y domingos todos los hermanos juntos? Las retas se ponían muy buenas, y que ya en la noche nos quedábamos platicando por horas de todo y de nada. Me acuerdo muy bien también que un día amaneció mientras platicábamos. Y yo te dije que iba a ir a correr y me dijiste que estaba loco jajaja

O también cuando me llevabas a la prepa, que tú sólo habías dormido pocas horas y aún así te levantabas porque yo estaba todavía muy lerdo para manejar. Y poníamos discos que nosotros habíamos grabado cuando todavía no salía el sol.

En fin. Esta carta era como dije, para platicar de cosas de otro tiempo. Y ahorita que han pasado más de 10 años de todo eso, comprendo que realmente todo mundo sigue un camino distinto, y aún siendo hermanos, cada quien va a otro sitio. Conforme pasan los años me siento más mortal sabes...

Cuídate mucho y recuerda las cosas de otro tiempo. Saludos a la familia!




M.Q.

viernes, 11 de enero de 2013

Carta perdida No.2 - Y no vuelvas

 23/mayo/19XX




Hijo mío,

Estos días han sido realmente difíciles. Hace unos días que se murmura que el general Serrato dará un golpe de Estado, y si eso sucede, todos nosotros estaremos en peligro. Ya sabes que detesta a toda la gente proveniente de Aldiena y muy probablemente nos usará como chivos expiatorios para ganarse el apoyo de la mayoría.

Tu madre sigue muy enferma. A diario murmura tu nombre y trato de decirle que estás bien. Ella sólo sonríe y vuelve a su letargo. Como hace desde hace un mes que ya no puede caminar, vamos a refugiarnos no muy lejos de aquí. Con algo de suerte, nos conseguirán pasaportes falsos y podremos escapar al país de las montañas. No te preocupes por nosotros, pasará lo que tenga que pasar...

A tu amigo J.Y., ya no lo he vuelto a ver. No estamos seguros qué se hizo de él. Su casa se incendió la semana pasada sin motivo aparente y nadie sabe dónde se encuentra. Espero haya podido escapar. La última vez que nos saludó, estaba muy nervioso y actuaba de manera muy rara, como si estuviera siendo observado. ¿Tú crees que pudiera traicionarnos? 

Todos te extrañamos muchísimo. Espero que puedas recibir esta carta antes de que las líneas de correo sean interceptadas. Yo soy quien más quisiera verte,  pero con todo mi pesar lo único que te puedo decir es que huyas más lejos y no vuelvas. Regresar sólo te pondrá en peligro, y a todos nosotros también...

Si no vuelves a recibir ninguna carta de nosotros, te mando mi bendición y todo mi cariño. Siempre he estado orgulloso de ti. Nunca lo olvides.


C.S.

viernes, 4 de enero de 2013

Carta perdida No.1 - Ya no les creo

 21 de septiembre de 20XX



Buenas tardes Padre Arnoldo,


No sé si se acuerde de mí. Yo lo conozco desde hace más de 15 años, cuando usted era sólo un joven que apenas estaba decidiendo su vocación por el sacerdocio. Yo soy un padre de familia que fue un fiel seguidor a su instutición y a sus mandamientos.

Quería comentarle mediante esta carta que he decidido dejar de inculcar a mis hijos todo lo que su comunidad predica como la más absoluta verdad. Mucho tiempo pensé que ustedes eran guías para la salvación de nuestras almas pero con paso de los años el desencanto acompañado del sentido común me han hecho llegar a esta conclusión: ya no les creo.

Ni a usted ni a ninguno que quiera ponerse de intermediario entre lo humano y lo divino. Qué fácil fue suprimir de la noche a la mañana el limbo y qué fácil será que nos digan otra cosa similar como si ustedes se hubieran muerto y regresado con noticias del otro lado. No dudo que hay un Dios o un primer motor de todas las cosas, pero no necesito sus doctrinas retrógradas para llegar a ese razonamiento.

Aún recuerdo cuando nos enviaron a comunidades pobres (realmente pobres) para tocar de puerta en puerta, pidiendo a la gente que rezaran para la canonización del santo que ustedes tienen por bandera, cuya santidad y enriquecimiento con la fe me han parecido la misma cosa. La gente no sabía qué iba a comer mañana y ustedes (cabrones), todavía tenían los pantalones para pedirles que rezaran por una persona que finalmente alcanzó la "santidad" en tiempo récord ¿Cómo fue posible? ¿Cuánto dinero se recaudó en ese tiempo? Me parece un insulto a la inteligencia... Ya no les creo.

Con qué cinismo nos piden hacer votos de pobreza cuando el Estado que ustedes poseen es de los más ricos del mundo. Todos los días, comen y beben como reyes desde la cuna hasta la mortaja. Usan ropa de diseñador, no declaran impuestos, y aún así, nos piden que nosotros nos portemos diferente. Ya no les creo.

De los abusos sexuales y del silencio inmundo que existe en su "institución", todo está demasiado claro y turbio al mismo tiempo.

Nunca más les pediré consejos matrimoniales cuando su institución rebaja a la mujer a un punto en el que ni siquiera se le permite ejercer el sacerdocio. ¿Dónde está la igualdad para ustedes? 

A modo de reflexión, si es que todavía sigue leyendo el resto de la carta, sólo quiero terminar diciendo que qué fácil es engañar a la gente con la religión y aprovecharse de la buena voluntad de la misma. Distorsionan la imagen de Dios para su beneficio.

Yo, por el momento sólo le diré que acaba de perder a uno de sus adeptos. La religión me ha dejado de parecer divina, es sólo humana para mí. Hasta nunca.


R.M.

Las Cartas Perdidas - Introducción

No hace mucho tiempo, en una vieja casa del centro de la ciudad, unos hombres que daban mantenimiento al inmueble encontraron varias maletas llenas de cartas viejas. La cantidad era tal, que parecía que el antiguo dueño de los velices hubiera robado un cargamento del servicio postal. Un dato impactante de este descubrimiento es que el remitente (obligatorio desde hace más de 80 años por el correo de nuestro país) de todas y cada una de ellas estaba en blanco. Por lo que sería necesario abrirlas para saber quién las enviaba.

¿Qué hacían ahí? ¿Cuál era el interés de la persona que las guardó? La noticia contagió rápidamente a toda la gente de XXXXXXX, Y fueron muchos curiosos a ver el hallazgo, muchos se entretenían con todos los diseños de los sobres. Otros trataban de reconocer el destinatario sin mucho éxito. Pasaban los meses y la gente no perdía el interés en el acontecimiento.

Finalmente, el alcalde dio la orden de que cualquier persona era libre de tomar la carta que gustara, siempre y cuando la leyera en voz alta en el zócalo de la ciudad. Para tal efecto, ya se habían instalado un micrófono y bocinas para todo aquel que quisiera escuchar algo que nunca llegó a su destino.

Fueron muchas personas las que tomaban una carta y pasaban a leerla enfrente de un público silencioso y atento (incluido yo por supuesto). Cada vez que tuve la oportunidad, tomaba lápiz y pluma y escribía a toda prisa las cartas que se escuchaban claramente en las tardes del centro, tratando de recopilarlas y algún día publicarlas, por si algún destinatario perdido llegaba a leerlas.

Sin más préambulo, les presento la colección De Las Cartas Perdidas.    

martes, 1 de enero de 2013

En la mente de un loco

Y ahí estaba yo, y para mi sorpresa no había nadie a mi alrededor, ni siquiera el eco de mis gritos podría acompañarme. No había ni norte ni sur, todo era un espacio infinito color blanco y solo estaba yo.
Lo único que podía escuchar eran mis pensamientos en voz alta.
En este lugar no tenia miedo de nada. Podía pensar claramente sin nada que estorbara a mis ideas. No estaba seguro, pero creo que ese lugar era un espacio en mi mente. Allá donde nadie mas podía entrar.

Lo mas extraño de esto es que lo puedo visualizar a ratos, y me puedo ver a mi mismo, sentado, de piernas cruzadas y con los ojos cerrados. Cada vez que siento miedo, trato de buscar ese lugar entre mis pensamientos, y vaya que me ha servido, pues ahi encuentro una paz absoluta.