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sábado, 9 de junio de 2012

Todo tiene un precio

Sin importar lo que hagas, para lograr lo que gustes habrá que pagar un precio. A veces tendrás que sacrificar horas de sueño, a veces reuniones con los amigos o la familia. También habrá que pagar con momentos de mucha tristeza y soledad. Deberás aprovechar más tu tiempo, no perderlo tanto en videojuegos ó simplemente en no hacer nada. En varias ocasiones será necesario soportar la frialdad de la gente que pasa indiferente al lado tuyo. También de vez en cuando tendrás que poner a prueba los límites de tus miedos y enfrentarlos.

Y si no hay un precio, entonces hay un riesgo. El riesgo de que no veas a tu familia por un tiempo, ó que un ser querido se vaya estando tú lejos. De que envejezcas un poco más rápido por el hecho de desgastarte físicamente en lo que buscas. Ó que tu novia decida seguir su camino sin ti al cansarse de esperar tu regreso. Al final pagarás algo para llegar a tu objetivo.

Después de pensar ésto que acabo de escribir por algunos días, llegué a la conclusión de que es inevitable porque así es la vida y porque al final creo que también es justo. Lo veo como una manera de mantener un equilibrio en la Naturaleza.

Asimismo, creo también que la satisfacción de lograr lo que querías vale la pena. Tienes que jugar tus mejores cartas y no esperar hasta la última partida, porque, aparte de todo, la casa puede terminar tu juego en el momento que lo desee y ni siquiera darte la oportunidad de intentarlo. La casa nunca pierde, podrás lograr empatarla, pero nunca ganarle.






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