Abril de 2008
El clima había cambiado drásticamente. De haber pasado en la noche por un bosque, ahora nos encontramos en un desierto.
No hay ningún alma a nuestro alrededor, pero es necesario estar al alba por cualquier peligro que pueda surgir. Desde que salimos de nuestros hogares rumbo a la guerra habían transcurrido 3 años ya. En esa época nunca pensamos en todo lo que nos sucedería en el viaje.
Al principio éramos muchos (aproximadamente 120) y nuestros ánimos nos hacían imaginar aventuras increíbles. Nadie pensó que en los primeros 6 meses de la campaña la mitad del equipo fue brutalmente masacrada en los pantanos aledaños a nuestra ciudad. Yo pensé que era mala suerte para muchos, y que había que seguir adelante.
Ahora sólo somos 3. Todos tenemos muchísimo miedo y la paranoia está a la orden del día. Yo aún tengo pesadillas con la horrible experiencia que viví hace una semana. Mientras estábamos en la misión del castillo, encontré el cadáver de mi hermano.
Fue una sensación extraña porque recuerdo muy claramente cuando se despidió de la familia para ir a la guerra. No lo pude reconocer por el rostro pero sí por el uniforme y por el escudo de nuestro apellido en una de las mangas. Ni tiempo hubo de llorar, los enemigos del castillo nos rafagueaban con flechas... Escapamos de milagro.
Nuestra misión final puede llevarse a cabo con nosotros tres. Sólo debemos tener mucho cuidado. Muy lejanamente (en unos 2 años aproximadamente, podremos llegar al reino de ... y terminar tan terribe guerra).
No sé qué más pueda pasar. Está anocheciendo y me toca hacer guardia hasta el amanecer. Sólo espero no escuchar trompetas o tambores de guerra en las próximas horas...
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