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viernes, 23 de marzo de 2012

Bruder Ivan

Es un buen profesor. Lo conocí gracias al peor trabajo que he tenido. Es genial hablar con él de la vida. No es de estas tierras pero entiende muchas más cosas de este país que la mayoría.

Es un extranjero que se siente en casa. Tiene una fría mirada que no tiene nada que ver con su persona, porta un gorro muy popular en el Magreb. Y siempre que se puede, comparte Haribo (macht Kinder froh).

No me dio clases en la universidad (ojalá hubiera sido así), pero en el año que llevé clases de lengua franchuta con él, aprendí muchas Humanidades. Y como siempre sucede en esta vida, me digo a mí mismo que faltó sacar más provecho de lo que se tuvo. En parte porque fue gratis, y en parte porque esas charlas no se olvidan.

Ya quisieran muchos profesores tener su metodología (nada es a fuerzas, enseñar es como contar una historia), pero en esta tierra los changos que se hacen llamar maestros, se mofan de las instituciones y cobardemente se protegen con su "libertad de cátedra".

Mi hermano Iván, yo quisiera aprender de ti tu idioma nativo y vivir un rato en la tierra de los ingenieros, pero en este país no se gana lo suficiente para pagar donde impartes clase.

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