Hola mi amor,
Disculpa que no haya mandado una carta antes. No me justificaré
diciendo que estaba ocupado. Es simplemente que estos días me he sentido
carente de inspiración a la hora de trabajar, como si mi mente se hubiera sometido a una
presión superior a la que está acostumbrada. Pero te juro que ni tú ni mis hijos abandonan mis pensamientos. Siempre estoy pensando qué estarán haciendo mientras estoy en la oficina.
Ha habido varios problemas
en el trabajo y mis superiores dicen que mi desempeño no ha sido el
mejor. Desde que los XXXXXX compraron la compañía no me siento igual. Siempre están buscando la manera de hacernos trabajar más por menos dinero. Todos estamos a disgusto, aunque parece que mi compañera XXXXXX ha sabido acoplarse mejor con los nuevos jefes. Ya te contaré con más detalle cuando regrese. Cada día se vuelve más falsa y menos profesional. Ni qué decir de su horrible manera de vestirse.
Extraño
muchísimo a los niños. Cada día que no estoy en la casa me lamento de
sobremanera que me esté perdiendo momentos irrepetibles. Espero llegar a
tiempo para el cumpleaños de D. Le compré un trenecito que estoy seguro
que le gustará, yo a su edad moría por uno. También le compré un poco de ropa a A. Espero que todavía le quede cuando yo llegue.
Te extraño también mucho, querida mía. Estos días he estado también muy nostálgico, sobre todo recordando cuando nos conocimos. Cuando regrese llegaré con rosas y te diré poemas al oído, sólo pienso en
eso. El recuerdo de tu perfume y tus cabellos al viento no me permiten
concentrarme. Sólo quiero estar de vuelta ya.
Te mando un beso y todo mi cariño. Piensa en mí tanto como yo pienso en ti.
P.D. Por favor dime si pudiste cobrar el dinero que te mandé. Esta vez fue un poco más de lo normal porque trabajé horas extras. ¿Pudiste pagar a tiempo la colegiatura? Besos.
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